síndrome de la ratita presumida

CUANDO ERES UNA RATITA PRESUMIDA que quiere que el gato la ame

Esta semana ha sido el DÍA INTERNACIONAL DEL GATO; y por si no lo sabías, Karen es la esclava universal de los michis, ella sólo vive entregada a su felino.

¿Te suena?

Hay hombres gatos que seducen para que estés a merced de sus deseos.

Si con lo que has leído ya te sientes identificada, puede que estés pasando por el síndrome de la ratita presumida.

El cuento original comienza con… Había una vez, una ratita que se encontró una moneda de oro y pensó qué haría con ella.

Decidió comprarse un lacito para que todos la vieran.

Pasó el burro a halagarla y le propuso matrimonio. ¡No! – dijo ella.

Pasó el gallo, con la misma propuesta. – No, porque me vas a despertar por las mañanas.

Y vino el ratón, que ya estaba enamorado de ella, pero la ratona ni siquiera lo miró. “Es que me aburre”, pensó.

Hasta el día que vino el gato, con sus movimientos sinuosos, acicalando su cuerpo con esa lengüita áspera. Ojos grandes y deslumbrantes. Y cuando dijo “miau” la ratita se sintió atraída por su dulzura y aceptó su propuesta de matrimonio.

Todos le advirtieron que el gato come ratones, pero ella estaba segura que él la querría de verdad.

El cuento ya debes saber cómo acaba… efectivamente el gato se la comió.

Algunas mujeres prefieren pensar que el malo se volverá bueno con ellas.

Si identificas las intenciones del Otro, es probable que intuyas su naturaleza depredadora y ya no veas su actitud seductora como un atractivo personal.

¿Llevas mucho tiempo estancada en el bucle de relaciones fallidas?

Quizá haya llegado el momento de apoyarte en un profesional y tomar acción.

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